Este árbol frutal tan particular, es originario del sur de China. Ha llegado a ser calificado como la mejor fruta del mundo. Pero, su cosecha es de temporada corta y su trasvase a otras geografías no resulta del todo fácil. A pesar de esto, existen plantaciones de árbol de lichi en casi todas las regiones tropicales de los cinco continentes.
El árbol del lichi es de mediano tamaño, alcanza de 10 a 12 metros de altura. Su tronco, de mediano grosor, es recto y áspero. Posee ramas bajas aunque su corona es espesa y redondeada y su corteza es de color marrón oscuro. Sus hojas son lisas y de color verde oscuro luminoso por arriba y un tanto opacas por debajo.

CUIDADOS DEL ÁRBOL DE LICHI » Siembra, mantenimiento y protección Foto por ankit-baral Unsplash
Sus flores son de un color blanco verdoso tendiente al amarillo pálido. Y cuando está en plena floración resulta muy grato a la vista. Sus frutos tienen forma ovalada y cuelgan en racimos de diversos tamaños; pueden ser de color rojo oscuro, rojo brillante, rojo claro o, algunas veces, amarillos.
Su pulpa es blanca, translúcida, jugosa y tiene un sabor dulce, con una fragancia notable. Se desprende sin dificultad de la semilla del lichi que es grande, brillante, color café, con forma elíptica.
¿Cómo se efectúa la siembra del árbol de lichi?
Hay dos maneras básicas de cultivar el árbol de lichi. La primera de ellas es la forma o manera tradicional, esta se hace mediante la germinación de sus semillas. Este método tiene como exigencia, que las semillas deben ser frescas pues, después de cinco días, ya no son funcionales. Además, plantea el problema que una planta sembrada por semilla comienza a producir después de ocho o nueve años.
El otro procedimiento, se lleva a cabo a través de injertos de aproximación; esta manera reduce a solo tres o cuatro años el inicio de producción. Esta segunda forma de cultivo tiene como exigencia prioritaria, mantener la planta con una buena humedad.
Existe un elemento de suma importancia para la buena producción de un árbol de lichi. Este es que debe estar completamente expuesto al Sol; esto significa que debe haber una separación suficientemente amplia entre planta y planta. Lo ideal es que estén sembrados a una distancia frontal de 12 metros y de 6 metros de distancia lateral. Esta separación se va a modificar con el paso del tiempo.
En 15 años, alcanzada su madurez plena, se elimina los árboles menos productivos y el espaciado final queda en 12×12 metros.
Cuidados fundamentales
Un elemento que resulta de suma importancia para el cuidado de una siembra de lichi, es el sistema de riego. Esto quiere decir que necesita tener condiciones de humedad suficientes y aceptables. Es una planta que requiere de abundante agua pero, sin ser desproporcionada pues sus raíces tienden a podrirse. Un riego frecuente ayudará a evitar una acumulación excesiva de la sal que pueda exista en el sustrato.
Otra cuestión crucial es su fertilización. El árbol de lichi necesita un suministro abundante de nitratos por lo que su suelo debe ser abastecido con generosidad. Esta peculiaridad atiende más a las necesidades de la planta en estado adulto. La oportuna poda del árbol también es crucial pues ayuda a fortalecerlo y a que su producción sea abundante.
Las plantas de lichi pueden verse afectadas por vientos fuertes y por temperaturas muy bajas o heladas. Su clima y ambiente ideal es templado, fresco y seco. Para protegerlas del frío excesivo puede usarse bombillos eléctricos que puedan proporcionar un calor moderado a la plantación.
Plagas que atacan al árbol
Aunque en general, no hay insectos que ocasionen daños al árbol, hay algunas plagas fatales para el cultivo del lichi. Por ejemplo, la Aceria litchii que ataca sus hojas y las afecta arrugándolas y torciéndolas.
También sufren ataques de chinches que debilitan las ramas jóvenes, chupan su savia y afectan la calidad de los frutos; estos son muy fáciles de remover y eliminar. Pocos parásitos y moscas contribuyen a destruir sus raíces y provocan la muerte de la planta.