Ácido Clorhídrico y Salfumán » Diferencias y Usos

Redacción

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Ácido Clorhídrico y Salfumán. Foto por Envato.

La denominación ácido clorhídrico es, solamente, una de las formas de nombrar el mismo tipo de sustancia. De largo tiempo atrás, se le ha nombrado de diversas maneras según la época y lugar donde se le utilice. Se le ha llamado espíritu de sal, ácido de sal, ácido marino, agua fuerte; hoy lo encuentras como ácido muriático (su identificación comercial) o salfumán. En pocas palabras, el ácido clorhídrico y salfumán. Es el mismo producto aunque sus apelativos varíen.

¿Qué es el salfumán?

En pocas palabras, salfumán es otra denominación comercial por la que se conoce, ofrece y encuentra el ácido clorhídrico. El salfumán tiene una peculiaridad, se encuentra con un estado de concentración tanto menor, por el modo como es producido.

Ácido Clorhídrico y Salfumán. Foto por Envato.

Desde una perspectiva formal, cuando estamos hablando del ácido clorhídrico y del salfumán, estamos hablando exactamente del mismo producto. Lo que tiene importancia aquí, es el grado de concentración de cloruro de hidrógeno que contenga la dilución. Siendo químicamente lo mismo, puedes encontrar ácido clorhídrico producido sintéticamente en una dilución al 30%.

El ácido clorhídrico es elaborado a partir de un procedimiento cuyo propósito específico es producir ácido clorhídrico sintético. El salfumán o ácido muriático, es subproducto de otro procedimiento cuyo propósito es la elaboración de terceros productos. Por esa condición de ser un subproducto, llega al mercado con cierto grado de contaminación que no altera sus propiedades.

Mientras el salfumán se presenta con una coloración amarillenta, el ácido clorhídrico sintético es completamente translúcido o transparente. En relación con la calidad, las propiedades del ácido sintético son más estables y su concentración puede superar al 30%. En el caso del salfumán, sus propiedades activas son más variables; su concentración tampoco es tan constante.

El contenido de impurezas de hierro, es básicamente, lo que le da el tono amarillento al salfumán. El clorhídrico, como ya te hemos comentado, es más transparente, semejante al zumo de limón. El salfumán, por sus propósitos de higiene casera, usado en baños y para remover sedimentos, tiene concentraciones de bajo porcentaje. El ácido clorhídrico por estar destinado a usos industriales, es más transparente y su concentración llega al 32%.

Usos del ácido clorhídrico y salfumán

Como acabamos de indicarte, los propósitos de la producción del salfumán son de carácter casero. Se le utiliza para la higiene de baños, tinas, sumideros, paredes muy dañadas. El salfumán se ofrece en botellas porque su presentación es líquida. Por sus propiedades y concentración, el salfuman tiene múltiples usos en los hogares. Se emplea, preferentemente en aquellas circunstancias en las que un simple jabón o desengrasante no bastan.

También, puedes utilizar el salfumán en el caso de que necesites desatascar, en forma efectiva, una tubería obstruida. Para este fin, te ofrece mejor desempeño que la sosa cáustica. Igualmente, puedes usarla para despegar residuos de oxido o cal adheridos a las baldosas de tu cocina y tus baños. Te es útil para eliminar el oxido de los grifos. Asimismo, te ayuda a quitar manchas en ladrillos que te exigen algo más que el agua y jabón para limpiarlos.

Puedes utilizarlo, inclusive, en el caso de que necesites hacer potable el agua. El salfumán actúa en la reducción de la alcalinidad del agua y es muy utilizado para la limpieza y mantenimiento de piscinas.

Precauciones con el uso del salfumán

Es absolutamente necesario guardar mucha cautela al operar con este producto. Es un líquido muy tóxico y corrosivo, puede irritar las mucosas, te puede provocar una sensación de asfixia leve; puede hacer daño al entrar en contacto con la piel o los ojos. Siendo una sustancia altamente reactiva, su uso es peligroso, al mezclarlo con otros productos de limpieza, ese peligro se intensifica.

Para evitar cualquier efecto dañino, no lo combines con productos como la sosa cáustica, la lejía o el amoniaco. La reacción producida de tal mezcla es el desprendimiento de gas cloro, que es tremendamente tóxico si es inhalado. Estos tóxicos e irritantes vapores, exigen que no se utilice en espacios cerrados o con ventilación deficiente. Tienes que esmerarte en mantener estos cuidados.

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