Basófilos altos, causas, niveles y tratamiento

Redacción Médica

Los basófilos altos se refieren al aumento de los niveles de basófilos en la sangre, un tipo de glóbulo blanco. Esto puede ser causado por diversas razones, como alergias, infecciones o enfermedades autoinmunes. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos para controlar los síntomas y abordar la condición subyacente.

Basófilos altos. Foto por Envato.

Los basófilos forman parte de los numerosos componentes celulares en nuestro sistema inmune (1). Como un tipo específico de glóbulos blancos presentes en la sangre, los basófilos juegan un papel vital en la generación de respuestas inmunitarias frente a infecciones parasitarias y reacciones alérgicas (2), e spor ello que la generación de basófilos altos puede causar diferentes problemas en la salud.

Los basófilos actúan como protectores, luchando codo a codo con otras células inmunes contra infecciones y lesiones que amenazan nuestra salud (3). Además, favorecen la coagulación de la sangre, un proceso crucial para la reparación de tejidos dañados (3).

Basófilos altos. Foto por Envato.

A pesar de ser beneficiosos, pueden causar problemas serios si sus niveles en sangre no están controlados, especialmente cuando se ubican por encima de los rangos recomendados, lo que se conoce como basofilia (4).

Basófilos altos, causas y tratamiento

En un paciente saludable, los basófilos constituyen entre el 0.01% y el 0.3% del volumen total de glóbulos blancos. Un conteo normal de basófilos suele resultar entre 40 y 200/μL para los adultos, mientras que en los recién nacidos, oscila entre 0 y 640/μL (4).

Si un hemograma completo muestra niveles altos de basófilos, esto puede ser un indicador de enfermedades de las vías respiratorias, infecciones o trastornos sanguíneos (5).

La basofilia puede surgir independientemente, aunque generalmente señala la presencia de una condición subyacente como úlceras, anemia y enfermedades de la tiroides, entre otras (5).

Dado que los basófilos liberan histamina, están vinculados a las respuestas alérgicas e inflamatorias del cuerpo, así como a infecciones respiratorias como el asma. Su presencia suele ser un indicador casi seguro de basofilia (2).

Manejo de los niveles altos de basófilos

Para controlar la basofilia, es esencial buscar atención médica para que un profesional determine el tratamiento adecuado según la condición subyacente (1).

En casos más graves, como aquellos relacionados con el cáncer, puede requerirse un trasplante de médula ósea. Por otro lado, en caso de infecciones y problemas respiratorios, puede ser adecuado el uso de medicamentos antialérgicos y antibióticos, siempre bajo prescripción médica (3).

Importancia de los basófilos en el sistema inmunitario

Los basófilos son uno de los cinco tipos de glóbulos blancos o leucocitos presentes en la sangre. Aunque constituyen la población más pequeña de leucocitos (menos del 1% del total), su papel en el sistema inmunitario es fundamental (1).

Estas células son responsables de la liberación de histamina, una sustancia química que se libera en respuesta a una reacción alérgica y que provoca la inflamación de los tejidos. Los basófilos también liberan heparina, una sustancia que impide la coagulación de la sangre, lo cual permite que las células inmunitarias circulen libremente a través de la sangre y lleguen a los tejidos que necesitan reparación (2).

Además, los basófilos desempeñan un papel en la defensa contra los parásitos. En casos de infestación parasitaria, los basófilos liberan sustancias que matan a los parásitos y evitan que se propaguen por el cuerpo (3).

Es fundamental mantener los niveles de basófilos en un rango saludable, ya que tanto la falta como el exceso de estas células pueden ser indicativos de diversas condiciones médicas, algunas de las cuales pueden ser graves (4, 5).

Referencias:

  1. Abbas, A. K., Lichtman, A. H., & Pillai, S. (2014). Inmunología celular y molecular (8va ed.). Barcelona: Elsevier España.
  2. Janeway, C. A., Travers, P., Walport, M., & Shlomchik, M. (2005). Inmunobiología: El sistema inmunitario en condiciones de salud y enfermedad. Nueva York: Garland Science.
  3. Paul, W. E. (Ed.). (2014). Inmunología fundamental (12a ed.). Barcelona: Editorial Médica Panamericana.
  4. Kumar, V., Abbas, A. K., & Aster, J. C. (2015). Robbins y Cotran. Patología estructural y funcional (9na ed.). Barcelona: Elsevier España.
  5. Gilroy, D. W., & MacKenzie, A. (2018). Atlas de inmunología. Barcelona: Elsevier España.
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