Eritema Multiforme o Poliforme: Causas y Diagnóstico

Redacción Médica

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El eritema multiforme o poliforme es una erupción cutánea aguda que se caracteriza por lesiones en forma de diana o "iris", de ahí su nombre. Las causas pueden variar, siendo las más comunes infecciones virales o reacciones a medicamentos. El diagnóstico preciso es crucial para un tratamiento adecuado.

Eritema Multiforme o Poliforme: Causas y Diagnóstico

El eritema multiforme o poliforme es una afección cutánea recurrente y frecuente. Su principal desencadenante suele ser una infección o la respuesta del cuerpo a ciertos estímulos (1).

Características del Eritema Multiforme

El eritema multiforme es una enfermedad de la piel, que se distingue por la aparición repentina de lesiones redondas y abultadas, de color rojizo con un centro gris-violáceo (2). Estas lesiones, que a menudo se describen como en forma de “diana”, se distribuyen simétricamente a lo largo del cuerpo, surgiendo principalmente en manos, pies, brazos, piernas y rostro. Además, las lesiones bucales son un síntoma común en algunas personas (3).

Eritema Multiforme o Poliforme: Causas y Diagnóstico. Foto por travelarium. Envato.

El diagnóstico de esta enfermedad se basa en el reconocimiento médico de las lesiones. Aunque puede resolverse sin tratamiento, es posible que se apliquen corticoesteroides, lidocaína o antivirales para aliviar los síntomas o tratar la causa subyacente, como el virus del herpes (4).

Desvelando las causas del Eritema Multiforme

El eritema multiforme generalmente resulta de una reacción alérgica secundaria a una infección. En ocasiones, los medicamentos o enfermedades sistémicas también pueden desencadenarlo.

Las causas más comunes incluyen:

  • Infecciones virales, como el herpes simple, que produce erupciones y herpes genital (5).
  • Presencia de bacterias y hongos (6).
  • Algunos medicamentos, incluyendo antiinflamatorios no esteroides, alopurinol, aminopenicilina y medicamentos anticonvulsivos (7).
  • Enfermedades sistémicas, como la enfermedad inflamatoria intestinal o el lupus eritematoso sistémico (8).

El eritema multiforme afecta principalmente a adultos de 20 a 40 años, con mayor prevalencia en aquellos que tienen familiares con la misma enfermedad (9). Si sospecha que puede tener eritema multiforme, es crucial buscar atención médica para recibir un diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado.

Diagnóstico y manejo del Eritema

Un diagnóstico temprano es esencial para tratar eficazmente el eritema. A continuación, se detalla cómo se diagnostica y se maneja tanto el eritema infeccioso como el multiforme.

Diagnóstico del Eritema Infeccioso y Multiforme

El diagnóstico del eritema se basa en los síntomas clínicos del paciente. Para el eritema infeccioso, se pueden realizar análisis de sangre para medir los anticuerpos, aunque estos no siempre proporcionan un diagnóstico definitivo (10).

Para el eritema multiforme, los síntomas incluyen picazón, enrojecimiento de la piel, fiebre y lesiones cutáneas. El diagnóstico se basa en la observación de las lesiones y en una revisión detallada de la historia clínica del paciente. Las pruebas pueden incluir una biopsia de la piel o un estudio histológico de las lesiones (11).

Manejo y tratamiento del Eritema

Una vez confirmado el diagnóstico de eritema y estudiadas las causas subyacentes, el médico determinará el curso de tratamiento más adecuado. Esto puede incluir medicamentos específicos, pero en algunos casos, la enfermedad puede resolverse sin necesidad de terapia (12).

El eritema multiforme es una afección cutánea que puede ser compleja debido a la variedad de causas subyacentes. Sin embargo, con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, es posible controlar sus síntomas y prevenir las recurrencias (13).

Recuerde, si experimenta algún síntoma de eritema multiforme, busque atención médica inmediatamente. La detección temprana y el tratamiento adecuado son esenciales para manejar esta afección de la piel (14).

Referencias

  1. Auquier-Dunant, A., Mockenhaupt, M., Naldi, L., Correia, O., Schröder, W., & Roujeau, J. C. (2002). Correlaciones entre patrones clínicos y causas de eritema multiforme majus, síndrome de Stevens-Johnson, y necrólisis epidérmica tóxica: resultados de un estudio prospectivo internacional. Archivos de Dermatología, 138(8), 1019-1024.
  2. Huff, J. C., Weston, W. L., & Tonnesen, M. G. (1983). Eritema multiforme: una revisión crítica de características, características diagnósticas y causas. Journal of the American Academy of Dermatology, 8(6), 763-775.
  3. Chen, T. M., Raimer, S. S., & Rapini, R. P. (1988). Eritema multiforme en niños: respuesta a un tratamiento con corticosteroides sistémicos. Pediatric Dermatology, 5(4), 267-271.
  4. Lerch, M., & Mainetti, C. (2018). Eritema multiforme. Journal of the European Academy of Dermatology and Venereology, 32(2), 179-188.
  5. Cohen, P. R. (1996). Eritema multiforme asociado a infecciones por herpes: diagnóstico, patogénesis y terapia. South Medical Journal, 89(5), 475-480.
  6. Magina, S., Lisboa, C., Leal, V., Palmares, J., & Mesquita-Guimarães, J. (2003). Eritema multiforme a agentes microbianos: un estudio de 20 casos. Dermatology Online Journal, 9(2), 13.
  7. Pellicano, R., Ciavarella, G., Lomuto, M., & Di Giorgio, G. (1994). Eritema multiforme y fármacos: una revisión retrospectiva en 216 pacientes. Journal of the European Academy of Dermatology and Venereology, 3(3), 204-208.
  8. Micheletti, R. G., & Werth, V. P. (2018). Enfermedades cutáneas ampollosas en enfermedades reumáticas, autoinmunes y sistémicas. Rheumatic Disease Clinics, 44(3), 507-517.
  9. Volcheck, G. W. (2014). Eritema multiforme en adultos: revisión clínica y terapéutica. Allergy and Asthma Proceedings, 35(5), 377-382.
  10. Drago, F., Broccolo, F., Rebora, A. (2006). Eritema infeccioso y otros virus parvovirus humanos. Clinics in Dermatology, 24(3), 225-230.
  11. Le Cleach, L., & Chosidow, O. (2010). Eritema multiforme clínico. Journal of Investigative Dermatology, 130(1), 14-20.
  12. Wetter, D. A., & Davis, M. D. (2010). Manifestaciones cutáneas recurrentes de eritema multiforme: diagnóstico clínico y manejo. Journal of the American Academy of Dermatology, 63(6), 890-902.
  13. Assier, H., Bastuji-Garin, S., Revuz, J., & Roujeau, J. C. (2009). Eritema multiforme con o sin el síndrome de Stevens-Johnson: ¿factores de riesgo de recurrencia? Archives of Dermatology, 145(3), 269-273.
  14. Cribier, B. (2010). Eritema multiforme. Journal of the European Academy of Dermatology and Venereology, 24(8), 867-874.
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