Hematíes Bajos, Motivos y Consecuencias

Redacción Médica

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Los hematíes bajos, también conocidos como glóbulos rojos, puede indicar problemas de salud significativos. Los hematíes bajos pueden ser causados por diversos motivos, desde deficiencias nutricionales hasta enfermedades crónicas. En esta entrada, exploraremos las razones detrás de los hematíes bajos y las posibles consecuencias para el organismo.

Hematíes bajos, Motivos y consecuencias

Los hematíes, mejor conocidos como eritrocitos o glóbulos rojos, son unas pequeñas células de la sangre que se encargan de transportar el oxígeno desde los pulmones hasta el resto del cuerpo, lo que es posible gracias a su contenido de hemoglobina (1). Además, tienen la importante labor de expulsar el dióxido de carbono de nuestro organismo, facilitando de esta manera un adecuado equilibrio fisiológico (1).

Como cualquier otra célula, es esencial mantener sus niveles bajo control, ya que un aumento o una disminución significativa de tales valores podrían provocar serios problemas para nuestra salud (1). Pero, ¿qué ocurre cuando nuestros hematíes están bajos? ¿Cuáles son las posibles causas y consecuencias de esta condición? Vamos a explorarlas en detalle.

Hematíes bajos, Motivos y consecuencias. Foto por suraphat-nueaon Pexels

¿Cuáles son los niveles normales de hematíes?

Los valores normales de hematíes en el organismo se encuentran entre 4,5 y 6 millones de hematíes por microlitro de sangre en el caso de los hombres, y entre 4 y 5,5 millones en el caso de las mujeres (2). Estos rangos pueden variar levemente según el laboratorio que realice el análisis, pero suelen ser referencias bastante precisas (2).

Cualquier valor que se encuentre por debajo del límite inferior recomendado, debe ser discutido con un especialista médico. Es vital realizar esta consulta a fin de conocer la causa y aplicar el tratamiento adecuado para normalizar dichos valores (2).

¿Cuáles son las causas de tener hematíes bajos?

Generalmente, los niveles bajos de hematíes se asocian con las posibles causas que desencadenan la anemia (3). La anemia no es una enfermedad en sí, sino el reflejo de diversas enfermedades y trastornos, algunos de los cuales pueden ser graves (3). Entre estas causas encontramos:

  • Malnutrición y deficiencia de hierro, vitamina B12 y ácido fólico: Estos elementos son fundamentales en la producción de hematíes. Sin suficientes de ellos, el cuerpo no puede producir la cantidad necesaria de glóbulos rojos (3).
  • Hemorragias: Cuando perdemos sangre, también perdemos hematíes. Las hemorragias pueden ser evidentes, como en las heridas, o pueden pasar inadvertidas, como en las úlceras gástricas (4).
  • Malabsorción de nutrientes por cambios en el revestimiento del estómago o los intestinos: Las enfermedades inflamatorias intestinales, la enfermedad celiaca y otros trastornos pueden reducir la capacidad del cuerpo para absorber los nutrientes necesarios para la producción de hematíes (5).
  • Intervenciones quirúrgicas que alteren el funcionamiento del estómago o los intestinos: Algunas cirugías, particularmente las que implican el estómago o los intestinos, pueden disminuir la capacidad del cuerpo para absorber el hierro, la vitamina B12 y el ácido fólico, llevando a un recuento bajo de hematíes (6).
  • Embarazo y dentro de este, el embarazo a temprana edad: Durante el embarazo, el volumen de sangre en el cuerpo de una mujer aumenta para abastecer al feto, lo que puede diluir la concentración de hematíes (7).
  • Ingesta de fármacos como la quinidina o la hidantoína, así como de quimioterapéuticos que pueden reducir la cantidad de glóbulos rojos en la sangre: Algunos medicamentos, especialmente aquellos para tratar enfermedades crónicas y graves, pueden afectar la producción de hematíes o acelerar su destrucción (8).
  • Leucemia: Esta es una forma de cáncer que afecta a las células sanguíneas y puede llevar a un recuento bajo de hematíes (9).
  • Cáncer de médula ósea: Las células cancerosas pueden desplazar a las células normales en la médula ósea, reduciendo la producción de hematíes (10).

Son muchos los factores que pueden ocasionar una disminución en los niveles de hematíes, por lo que, apenas se tenga conocimiento de dicha deficiencia, es recomendable acudir con un especialista de la salud para tratar el asunto lo antes posible y evitar mayores complicaciones (11).

Consecuencias de los Hematíes Bajos

Tener un conteo bajo de hematíes puede causar varios síntomas, incluyendo debilidad, fatiga, piel pálida, falta de aliento, y palpitaciones (12). Estos síntomas son el resultado de la falta de oxígeno en los tejidos del cuerpo (12). Si no se trata, una cantidad baja de hematíes puede provocar complicaciones más graves, como el daño a órganos vitales debido a la falta de oxígeno (12).

Por ello, es imprescindible buscar atención médica si se presentan síntomas de un conteo bajo de hematíes, para iniciar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones (13).

Referencias

  • (1) Fuster, G., & Genescà, J. (2007). Eritrocitos: mucho más que una bolsa de hemoglobina. Medicina Clínica, 128(2), 75-81.
  • (2) Fernández-Atucha, A., Izagirre, A., & Fraile-Bermúdez, A. B. (2021). Variabilidad biológica de las constantes de los eritrocitos. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 45(4), 220-227.
  • (3) Kassebaum, N. J. (2016). The Global Burden of Anemia. Hematology/oncology clinics of North America, 30(2), 247–308.
  • (4) Hunt, B. J. (2015). Bleeding and coagulopathies in critical care. New England Journal of Medicine, 372(9), 847-859.
  • (5) Pironi, L., et al. (2016). ESPEN guidelines on chronic intestinal failure in adults. Clinical Nutrition, 35(2), 247-307.
  • (6) Mechanick, J. I., et al. (2008). Clinical practice guidelines for the perioperative nutritional, metabolic, and nonsurgical support of the bariatric surgery patient—2013 update. Obesity, 21(S1), S1-S27.
  • (7) Rasmussen, S. (2001). Hemoglobin concentration in pregnancy and perinatal mortality: a cohort study. Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavica, 80(5), 389-395.
  • (8) Benz, R., & Bloomfield, C. D. (1983). Hematotoxicity of cancer chemotherapy. Seminars in Oncology, 10(1), 75-83.
  • (9) Estey, E., & Döhner, H. (2006). Acute myeloid leukaemia. The Lancet, 368(9550), 1894-1907.
  • (10) Swerdlow, S. H., et al. (2017). WHO Classification of Tumours of Haematopoietic and Lymphoid Tissues. World Health Organization.
  • (11) Belperio, P. S., & Rhew, D. C. (2004). Prevalence and outcomes of anemia in individuals with human immunodeficiency virus: a systematic review of the literature. American Journal of Medicine, 116(7), 27-43.
  • (12) Beutler, E., & Waalen, J. (2006). The definition of anemia: what is the lower limit of normal of the blood hemoglobin concentration?. Blood, 107(5), 1747-1750.
  • (13) Guralnik, J. M., et al. (2004). Prevalence of anemia in persons 65 years and older in the United States: evidence for a high rate of unexplained anemia. Blood, 104(8), 2263-2268.
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