Ferritina Alta, Causas y Síntomas

Redacción Médica

La ferritina alta es un indicador que puede revelar problemas de salud subyacentes. Esta proteína, responsable del almacenamiento de hierro en el cuerpo, cuando se encuentra elevada, puede estar asociada con condiciones como la inflamación, enfermedades hepáticas o trastornos hematológicos. Comprender los factores y consecuencias de la ferritina alta es crucial para abordar y tratar adecuadamente estos desequilibrios.

¿CÓMO COMBATIR LA FERRITINA ALTA?

La ferritina es una proteína crucial que se encuentra en casi todas las células vivas. Su función principal es la de almacenar hierro y liberarlo de manera controlada cuando el cuerpo lo necesita (1). Esta proteína es la responsable del almacenamiento intracelular de hierro, manteniendo el equilibrio y la homeostasis de este metal esencial en nuestro organismo (2). La ferritina alta, también conocida como hiperferritinemia, puede causar diferentes problemas en el organismo.

La ferritina se compone de 24 subunidades de proteínas que forman una especie de esfera hueca. En su interior, puede contener hasta 4500 átomos de hierro en su forma inactiva (3). Cuando el cuerpo necesita hierro, la ferritina libera este mineral en una forma que puede ser utilizada de manera segura por las células y los tejidos (1).

¿CÓMO COMBATIR LA FERRITINA ALTA? Foto por ella-olsson Unsplash

Además del almacenamiento de hierro, la ferritina tiene otras funciones como la regulación del sistema inmunológico, la proliferación celular y la angiogénesis. También, debido a su capacidad para liberar y almacenar hierro, la ferritina es un potente antioxidante (4).

Producción y Distribución de la Ferritina

La ferritina se produce en casi todos los tejidos del cuerpo, pero se encuentra en mayor concentración en el hígado, el bazo y la médula ósea, los principales órganos responsables del metabolismo del hierro (5). En menor cantidad, también puede encontrarse en el corazón, el páncreas y los riñones. En la sangre, la ferritina está presente en pequeñas cantidades, ya que la mayoría del hierro se transporta a través de otra proteína, la transferrina (6).

Valores Normales de Ferritina en la Sangre

Los niveles de ferritina en la sangre pueden variar dependiendo de la edad, el sexo y el estado de salud general del paciente. Por lo general, los rangos normales son (7):

  • Hombres adultos: entre 12 y 300 nanogramos por mililitro (ng/mL) de sangre.
  • Mujeres adultas: entre 12 y 200 ng/mL de sangre.
  • Recién nacidos: entre 400 y 600 ng/mL de sangre.

Es importante mencionar que estos valores son solo un rango de referencia y pueden variar ligeramente entre diferentes laboratorios debido a las variaciones en las técnicas de medición y la población estudiada (7).

Consecuencias de los Niveles de Ferritina Altos

Unos niveles de ferritina más altos de lo normal, conocidos como hiperferritinemia, pueden ser señal de diversas condiciones de salud. Estos pueden incluir un trastorno inflamatorio, enfermedades hepáticas, una infección bacteriana o viral, ciertos tipos de cáncer, o la realización frecuente de transfusiones de sangre, entre otras posibles causas (8).

La hiperferritinemia puede llevar a una condición llamada hemocromatosis, en la que se produce una acumulación excesiva de hierro en el cuerpo (9). Esto puede llevar a la formación de depósitos de hierro en diferentes órganos y tejidos, como el hígado, el corazón, las articulaciones y la piel, causando daño en los mismos. Algunos síntomas comunes de la hemocromatosis incluyen fatiga, debilidad, oscurecimiento de la piel, dolor articular, dolor abdominal, pérdida de peso, y problemas cardíacos (9).

Es importante buscar atención médica si se sospecha de niveles altos de ferritina para poder realizar un diagnóstico preciso y aplicar el tratamiento más adecuado (8).

Consecuencias de los Niveles de Ferritina Bajos

Por otro lado, unos niveles de ferritina bajos, conocidos como hipoferritinemia, suelen ser un signo de deficiencia de hierro. Esta deficiencia puede llevar a anemia por deficiencia de hierro, una de las formas más comunes de anemia (10). Los síntomas de la anemia por deficiencia de hierro incluyen fatiga, debilidad, palidez, dificultad para concentrarse y mareos (10).

En casos de niveles bajos de ferritina, es importante también consultar a un profesional de la salud, ya que la deficiencia de hierro puede tener varias causas, incluyendo la dieta, la pérdida de sangre y ciertas enfermedades intestinales (11).

La ferritina es una proteína vital para el correcto funcionamiento del cuerpo humano debido a su papel en el almacenamiento y la liberación de hierro (1). La medición de los niveles de ferritina en sangre es una herramienta útil para evaluar el estado del metabolismo del hierro en el organismo y puede ayudar a identificar diversas condiciones de salud. Siempre es importante consultar a un profesional de la salud si se presentan síntomas que puedan indicar un problema con los niveles de hierro o de ferritina en el organismo (8, 11).

Referencias:

Arosio, P., & Levi, S. (2010). Ferritina: dinámica celular, función molecular y regulación genética. Archivos de Bioquímica y Biofísica, 500(1), 107-113.
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Bradley, J. M., Le Brun, N. E., & Moore, G. R. (2016). Ferritina: estructura y función de hierro. En Metalloproteins: métodos y protocolos (pp. 43-75). Springer, New York, NY.
Recalcati, S., Invernizzi, P., Arosio, P., & Cairo, G. (2008). Nuevos roles de la ferritina: inmunorregulación y control de la proliferación celular. Sangre, 112(9), 3507-3514.
Torti, F. M., & Torti, S. V. (2002). Regulación de la ferritina: un nuevo papel para el hierro. PNAS, 99(7), 4612-4614.
Cazzola, M., Bergamaschi, G., Dezza, L., & Arosio, P. (1990). Enfoques terapéuticos en enfermedades asociadas con ferritina baja o alta. Bailliere’s Clinical Haematology, 3(3), 629-656.
Beard, J. L. (2001). La ferritina sérica: un predictor de la capacidad de almacenamiento de hierro. The Lancet, 358(9275), 7-8.
Brissot, P., Loreal, O. (2016). Tratamiento de la sobrecarga de hierro. Transfusión de la Clínica y Biología, 23(1), 1-7.
Powell, L. W., Seckington, R. C., & Deugnier, Y. (2016). Hemocromatosis. The Lancet, 388(10045), 706-716.
Camaschella, C. (2015). Deficiencia de hierro. Blood, 125(23), 3531-3534.
Hercberg, S., Preziosi, P., & Galan, P. (2001). Hierro y salud. Salud Pública Nutricional, 4(2b), 593-601.

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