Ferritina baja y cómo subir los valores

Redacción Médica

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La ferritina es una proteína crucial que almacena hierro en nuestro cuerpo. Cuando su nivel es bajo, podemos enfrentar serios problemas de salud. En este artículo, exploraremos las causas y síntomas de la ferritina baja y proporcionaremos estrategias efectivas para aumentar sus valores

Ferritina baja y cómo subir los valores

La ferritina es una proteína crucial que se encuentra en nuestra sangre. Su función principal es almacenar hierro y liberarlo cuando nuestro cuerpo lo necesita, por lo que tener ferritina baja puede producir diferentes molestias, mantener los niveles es esencial para nuestra salud general(1).

Una ferritina baja puede ser un indicativo de deficiencia de hierro en el organismo. El hierro juega un papel vital en la oxigenación del cuerpo, ya que ayuda en el transporte de oxígeno a través de los glóbulos rojos(2). Esto puede llevar a síntomas como fatiga, taquicardia y dificultad para respirar. Además, puede desencadenar anemia, desmayos y palidez. Para prevenir tales situaciones, es crucial conocer cómo subir los valores de ferritina(3).

Ferritina baja y cómo subir los valores. Foto por maarten-van-den-heuvel Pexels

Valores adecuados de ferritina en la sangre

Primero, es importante entender los valores correctos de ferritina en la sangre. Aunque estos valores pueden variar dependiendo de factores como la edad y el sexo, en general, los rangos son los siguientes:

  • Hombres: entre 12 y 300 nanogramos por mililitro de sangre.
  • Mujeres: entre 12 y 200 nanogramos por mililitro de sangre.
  • Recién nacidos: entre 400 y 600 nanogramos por mililitro de sangre.

Es esencial recordar que estos valores son solo una guía y pueden variar dependiendo de varios factores(4).

Ferritina baja y cómo subir los valores

La ferritina está intrínsecamente vinculada a la cantidad de hierro en el organismo, por lo que una forma efectiva de aumentar los valores de ferritina es a través de una dieta rica en hierro. Esto implica incluir ciertos alimentos en nuestra dieta diaria(5).

Consumo de carnes magras

Las carnes magras, como la de res, pollo, hígado, ostras y almejas, son fuentes ricas de hierro. No obstante, es importante consumirlas con moderación para evitar un aumento en los niveles de colesterol(6).

Inclusión de vegetales ricos en hierro

Los vegetales de hoja verde oscuro como las espinacas, el brócoli, las alcachofas son excelentes fuentes de hierro. Su incorporación regular en la dieta puede ayudar a aumentar los niveles de ferritina(7).

Suplementación con hierro y vitamina C

La suplementación con hierro y vitamina C puede ser otra forma efectiva de aumentar los niveles de ferritina. La vitamina C, en particular, ayuda a mejorar la absorción del hierro en el organismo(8).

Recuerda, siempre es recomendable hablar con tu médico o dietista antes de hacer cambios significativos en tu dieta o rutina de suplementos(9). En resumen, la ferritina juega un papel crucial en el almacenamiento y liberación de hierro en el cuerpo. Mantener los niveles adecuados de ferritina es esencial para nuestra salud general(1).

Referencias

(1) Tortora, G. J., Derrickson, B. (2017). Principios de Anatomía y Fisiología, 15ª edición. Ed. Médica Panamericana.

(2) Camaschella, C. (2015). Deficiencia de hierro: nuevas ideas sobre el diagnóstico y el tratamiento. Hematology Am Soc Hematol Educ Program, 2015(1), 8-13.

(3) Organización Mundial de la Salud. (2001). Anemia por deficiencia de hierro: Evaluación, prevención y control, una guía para los gestores de programas.

(4) Zimmermann, M. B., & Hurrell, R. F. (2007). Deficiencia nutricional de hierro. The Lancet, 370(9586), 511-520.

(5) Gibson, R. S. (2005). Principios de Evaluación Nutricional. Oxford University Press.

(6) Hurrell, R., & Egli, I. (2010). Biodisponibilidad del hierro y valores de referencia dietéticos. The American journal of clinical nutrition, 91(5), 1461S-1467S.

(7) Murgia, C., & Adamski, M. M. (2017). Revisión del metabolismo del hierro y los trastornos del hierro en la era de la hepcidina. Haematologica, 102(2), 260.

(8) Hallberg, L., Brune, M., & Rossander, L. (1989). Efecto del ácido ascórbico en la absorción de hierro de diferentes tipos de comidas. Nutrición humana. Nutrición aplicada, 43(2), 97.

(9) Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón. (2017). Anemia por deficiencia de hierro. Dietistas y Nutricionistas.

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