Contraindicaciones del Ácido Cítrico » Daños del Consumo en Exceso

María José González

Actualizado el:

El ácido cítrico, ampliamente utilizado como conservante y saborizante, puede presentar contraindicaciones en algunas personas. Aunque generalmente es seguro, puede causar reacciones alérgicas, alterar el equilibrio ácido-base o interactuar con ciertos medicamentos. Es esencial consultar a un profesional antes de su consumo excesivo o uso terapéutico.

Contraindicaciones del Ácido Cítrico » Daños del Consumo en Exceso

Es importante que conozcas las contraindicaciones del ácido cítrico, pero antes, te contaré un poco sobre lo que es realmente. El ácido cítrico es un compuesto químico que muy comúnmente encontramos de manera natural en una gran variedad de frutas como lo son la naranja, el kiwi, limón, mandarina, entre otras1.

Estas frutas cuentan con un alto contenido de vitamina C, lo cual aparte de su rico sabor le brinda un componente nutritivo importante para quienes la consumen. Consumir frutas con alto contenido de ácido cítrico aporta grandes beneficios a nuestro organismo1. Pero es importante reconocer que el consumo en exceso no es bueno y por ello tiene ciertas contraindicaciones y daños que te mostraremos.

CONTRAINDICACIONES DEL ÁCIDO CÍTRICO. Foto de Andrea Piacquadio. Pexels

Contraindicaciones del ácido cítrico

Consumir en exceso dicho componente o aplicarlo sobre la piel puede traer consigo ciertas contraindicaciones, específicamente cuando se aplica en la piel. En estos casos, puede verse reflejado con manchas debido a que, aunque las elimina, también hace que se reproduzcan tras exponerse al sol2.

Daños y contraindicaciones en el estómago

El problema recae, cuando, consumimos ácido cítrico en exceso ya que como todo ácido trae serias consecuencias en el organismo de quien lo consume. Entre tantas cosas, el consumo excesivo de ácido cítrico puede generar la pérdida del esmalte dental, llegando incluso a generar pérdida de piezas dentarias sino se corrige a tiempo3.

  • Acidez estomacal

Como bien sabemos, en nuestro estómago constantemente se produce ácido clorhídrico, el cual ayuda a la digestión de los alimentos4. Para que a nivel estomacal este ácido no genere ningún daño, el estómago cuenta con diversos mecanismos defensivos que ayudan a soportar la acidez del estómago impidiendo que se genere algún tipo de daño.

Cuando consumimos ácido cítrico en exceso estamos disminuyendo el pH a nivel estomacal, generando evidentemente un ambiente ácido4. Éste aumento de acidez a nivel estomacal hace que se venzan los factores defensivos del estómago trayendo como consecuencia daños inevitables mayormente en la mucosa del estómago.

  • Problemas de gastritis

Esto hace que se produzca gastritis, úlceras gástricas, e incluso en la garganta, esófago o en la boca. Si esta ingesta excesiva de ácido cítrico no se detiene, las consecuencias pueden llegar a ser fatales ya que estas úlceras pueden perforarse y generar por ejemplo una hemorragia digestiva que sin duda alguna pondrá en riesgo la vida del paciente5.

A su vez, se impediría la cicatrización de estas úlceras. Debido a que el estómago seguiría constantemente en un medio ácido, que impide la curación de estas úlceras5.

  • Problemas en los riñones

No solo se vería afectado el aparato gastrointestinal, sino que también los riñones pueden verse afectados. Ya que el consumo desmedido de ácido cítrico hace que éste ácido se acumule en el organismo y el riñón no es capaz de descomponerlo. Por lo cual, tendría que trabajar más para poder descomponerlo lo que a la larga puede traer consigo una falla renal6.

¿Cuál es la causa de los daños?

Los daños que genera el ácido cítrico se deben principalmente a que, ellos corroen todo lo que no tenga su mismo grado de acidez. Por lo cual, cualquier sustancia neutra que se una a él, será descompuesta7.

Si ya cuentas con alguna enfermedad estomacal como por ejemplo gastritis o úlcera, es recomendable que evites en gran medida el consumo de alimentos o frutas cítricas ya que esto empeorará tu enfermedad5.

En términos generales, los cítricos son buenos gracias a su gran aporte de vitamina C y otros tantos beneficios que aporta al cuerpo humano. Pero como todo, los excesos siempre serán malos. Por esta razón, debes tener en cuenta que para evitar cualquier daño en tu organismo es importante que los consumas en su justa medida.

Precauciones del consumo de este ácido

Deben tenerse precauciones del consumo del ácido cítrico, especialmente con ciertas personas, tales como aquellas que sufran de cefaleas, o mujeres embarazadas8. Además de aquellos que sufran de patologías inflamatorias en su aparato digestivo8.

De la misma forma, se debe de tener cuidado especial con aquellos que sufran de úlceras gástricas5. Esto se debe a que el consumo del ácido puede acelerar la enfermedad, siendo esta una de las mayores precauciones del consumo de ácido cítrico5.

Referencias

  1. Hui, Y. H. (2006). Handbook of food science, technology, and engineering. CRC Press.
  2. Mills, O. H., Porte, M., & Kligman, A. M. (1978). Enhancement of experimental ultraviolet-induced erythema by a topical application of citric acid. Archives of Dermatological Research, 263(3), 249-250.
  3. West, N. X., Hughes, J. A., & Addy, M. (2001). Erosion of dentine and enamel in vitro by dietary acids: the effect of temperature, acid character, concentration and exposure time. Journal of oral rehabilitation, 28(11), 1048-1054.
  4. Dressman, J. B., & Berardi, R. R. (1990). Upper gastrointestinal (GI) pH in young, healthy men and women. Pharmaceutical research, 7(7), 756-761.
  5. Lacy, B. E., & Rosemore, J. (2001). Helicobacter pylori: ulcers and more: the beginning of an era. Journal of Nutrition, 131(10), 2789S-2793S.
  6. Curhan, G. C., Willett, W. C., Rimm, E. B., & Stampfer, M. J. (1996). A prospective study of dietary calcium and other nutrients and the risk of symptomatic kidney stones. New England Journal of Medicine, 328(12), 833-838.
  7. Remer, T., & Manz, F. (1995). Potential renal acid load of foods and its influence on urine pH. Journal of the American Dietetic Association, 95(7), 791-797.
  8. Simon, R. A., & Anderson, J. A. (1992). Adverse reactions to food and drug additives. Environmental Health Perspectives, 100, 137.
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