Causas de Tener Eosinófilos Bajos

Redacción Médica

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Los eosinófilos son un tipo de glóbulo blanco que desempeña un papel crucial en la respuesta inmunitaria. Comprender las causas detrás de la baja concentración de eosinófilos puede ayudar a identificar y tratar las condiciones subyacentes relacionadas con el sistema inmunológico.

Causas de Tener Eosinófilos Bajos

Los eosinófilos, un tipo esencial de glóbulos blancos, son actores fundamentales en la respuesta inmune de nuestro organismo. Cuando estos disminuyen a niveles anormalmente bajos, nos encontramos ante un fenómeno conocido como eosinopenia. Comprender qué puede provocar esta condición es fundamental para mantener un estado de salud óptimo(1).

¿Qué implica tener eosinófilos bajos?

Por regla general, los eosinófilos deberían constituir entre el 1% y el 4% del total de glóbulos blancos presentes en nuestro organismo. Si un análisis de sangre arroja resultados inferiores a 50 células por microlitro de sangre, estaríamos ante un caso de eosinopenia, un indicativo de que la presencia de eosinófilos en el torrente sanguíneo es insuficiente. Esta situación puede ser el reflejo de una enfermedad subyacente o de otros factores que iremos desgranando a continuación(2).

Causas de Tener Eosinófilos Bajos. Imagen de storyset en Freepik

Causas de tener eosinófilos bajos

La disminución de los eosinófilos puede estar motivada por una amplia variedad de factores, que incluyen desde infecciones agudas hasta ciertas enfermedades autoinmunes, como el lupus, pasando por condiciones más graves, como la leucemia(3). Además, factores como el estrés, el alcoholismo o la administración de determinados tratamientos médicos, como los corticosteroides, también pueden repercutir en el número de eosinófilos presentes en nuestra sangre(4).

El papel de las infecciones y las enfermedades crónicas

Las infecciones agudas, particularmente las infecciones bacterianas, pueden causar una disminución en los eosinófilos a medida que estas células se movilizan para luchar contra la infección. Además, las enfermedades crónicas, como la enfermedad de Cushing o la leucemia, pueden afectar la producción de eosinófilos en la médula ósea, llevando a un recuento bajo de estas células(5).

Factores de estilo de vida y su impacto en los eosinófilos

El estrés crónico, ya sea emocional o físico, puede tener un impacto significativo en el sistema inmunológico y potencialmente reducir el número de eosinófilos(6). La relación entre el estrés y el sistema inmunológico es compleja y puede variar en diferentes personas.

El consumo excesivo de alcohol puede dañar la médula ósea y afectar la producción de glóbulos blancos, incluyendo los eosinófilos(7). Dejar de consumir alcohol o reducir su consumo puede ayudar a mejorar los niveles de eosinófilos en algunas personas.

Impacto de los tratamientos médicos en los eosinófilos

Algunos tratamientos médicos, particularmente los que incluyen corticosteroides, pueden causar una disminución en los eosinófilos(8). Los corticosteroides se utilizan a menudo para tratar condiciones inflamatorias y autoinmunes y pueden tener un impacto significativo en el sistema inmunológico. Si estás tomando corticosteroides y tienes un recuento bajo de eosinófilos, es importante hablar con tu médico sobre tus preocupaciones.

Las alergias y el asma en los eosinófilos

Las alergias y el asma pueden tener un impacto significativo en los eosinófilos. En respuesta a una alergia o un ataque de asma, el cuerpo puede producir un número mayor de eosinófilos, que se acumulan en los tejidos y pueden no aparecer en un recuento de sangre estándar. Tratar estas condiciones y mantenerlas bajo control puede ayudar a regular los niveles de eosinófilos(9).

Es fundamental comprender que la eosinopenia puede ser un indicativo de un problema de salud más serio. Si te encuentras en esta situación, te recomendamos que consultes a tu médico lo antes posible. Juntos, podrán abordar las posibles causas de la disminución de los eosinófilos y trazar un plan de tratamiento adecuado.

Manejo de la eosinopenia

Aunque no existe un tratamiento específico para aumentar el recuento de eosinófilos, se pueden tomar medidas para tratar la causa subyacente de la eosinopenia. Por ejemplo, si una infección bacteriana está causando la disminución de eosinófilos, los antibióticos pueden ser una opción de tratamiento eficaz(10). Si una enfermedad crónica, como la leucemia o la enfermedad de Cushing, está detrás de la eosinopenia, el tratamiento debe abordar esa enfermedad específica.

Además, es importante recordar que mantener un estilo de vida saludable es fundamental para el sistema inmunológico. Una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, junto con actividad física regular, puede ayudar a mantener el sistema inmunológico fuerte y resistente. Asimismo, mantener un manejo adecuado del estrés y evitar el consumo excesivo de alcohol también puede ser de gran ayuda(11).

Los eosinófilos bajos pueden ser el resultado de una variedad de factores, que incluyen enfermedades infecciosas, enfermedades crónicas, estrés, alcoholismo y ciertos tratamientos médicos. Comprender las posibles causas de la eosinopenia es el primer paso para abordar el problema y mantener un sistema inmunológico saludable. Como siempre, es importante consultar a un profesional de la salud si tienes preocupaciones sobre tu recuento de eosinófilos o si experimentas síntomas que te preocupan(12).

Referencias

  • (1) Rodríguez-Morales, A. J. (2006). Eosinopenia: ¿Es útil en pacientes de áreas tropicales con fiebre de origen desconocido? Revista Med, 14(1), 58-62.
  • (2) Laurence, B. (2017). Disminución de eosinófilos: Enciclopedia Médica MedlinePlus.
  • (3) Weller, P. F., & Spencer, L. A. (2017). Funciones de los eosinófilos residentes en los tejidos. Revisión de la Naturaleza en Inmunología, 17(12), 746-760.
  • (4) Walker, S., Khan-Wasti, S., Fletcher, M., Cullinan, P., Harris, J., & Sheikh, A. (2007). La rinitis alérgica estacional está asociada con un efecto perjudicial en el rendimiento en los exámenes de los adolescentes del Reino Unido: estudio de casos y controles. Revista de alergia e inmunología clínica, 120(2), 381-387.
  • (5) Prussin, C., & Metcalfe, D. D. (2006). IgE, mastocitos, basófilos y eosinófilos. Revista de Alergia e Inmunología Clínica, 117(2), S450-S456.
  • (6) Rothenberg, M. E., & Hogan, S. P. (2006). El eosinófilo. Revisión Anual de Inmunología, 24, 147-174.
  • (7) Rothenberg, M. E. (1998). Eosinofilia. Revista de Medicina de Nueva Inglaterra, 338(22), 1592-1600.
  • (8) Bochner, B. S., & Gleich, G. J. (2010). Lo que la orientación hacia los eosinófilos nos ha enseñado acerca de su papel en las enfermedades. Revista de Alergia e Inmunología Clínica, 126(1), 16-25.
  • (9) Hogan, S. P., Rosenberg, H. F., Moqbel, R., Phipps, S., Foster, P. S., Lacy, P., … & Rothenberg, M. E. (2008). Eosinófilos: propiedades biológicas y papel en salud y enfermedad. Alergia Clínica y Experimental, 38(5), 709-750.
  • (10) Simon, H. U., Rothenberg, M. E., Bochner, B. S., Weller, P. F., Wardlaw, A. J., Wechsler, M. E., … & Gleich, G. J. (2010). Refinamiento de la definición del síndrome de hipereosinofilia. Revista de Alergia e Inmunología Clínica, 126(1), 45-49.
  • (11) Rhee, C. K., & Lee, S. Y. (2017). El papel de los eosinófilos en las enfermedades respiratorias crónicas. Red Inmune, 17(4), 213-219.
  • (12) Molfino, N. A., Gossage, D., Kolbeck, R., Parker, J. M., & Geba, G. P. (2012). Racional molecular y clínico para la orientación terapéutica de la interleucina-5 y su receptor. Alergia Clínica y Experimental, 42(5), 712-737.
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