¿Quién puede padecer una Miastenia Gravis?

Redacción Médica

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La Miastenia Gravis es una enfermedad neuromuscular crónica y autoinmune que afecta a personas de diversas edades y géneros. Si bien puede presentarse en cualquier individuo, suele manifestarse con mayor frecuencia en mujeres jóvenes y hombres mayores. Sus síntomas varían, pero el tratamiento adecuado puede mejorar la calidad de vida del paciente.

¿Quién puede padecer una Miastenia Gravis?

La miastenia gravis es un trastorno neuromuscular autoinmunitario que puede afectar a cualquier persona, sin distinción de edad, género o condición física (1). Su manifestación es variada y depende de numerosos factores (2). En este artículo, vamos a explorar a profundidad el perfil de aquellos que podrían estar en mayor riesgo de padecer miastenia gravis, las causas de la enfermedad y la importancia de una intervención médica temprana (3).

Introducción a la Miastenia Gravis

Antes de identificar a quienes están en riesgo, es crucial entender qué es la miastenia gravis. Se trata de un trastorno autoinmunitario que afecta la función muscular (1). En personas sanas, los nervios comunican movimientos a los músculos liberando un neurotransmisor llamado acetilcolina. En las personas con miastenia gravis, el sistema inmunitario interfiere con este proceso, reduciendo la cantidad de receptores de acetilcolina en los músculos y afectando su capacidad para responder a las señales nerviosas (4).

¿Quién puede padecer una Miastenia Gravis? Foto por craig-adderley Pexels

¿Cuándo existe mayor riesgo de padecer la Miastenia Gravis?

Si bien cualquier persona puede desarrollar miastenia gravis, se ha observado una mayor prevalencia en ciertos grupos de población. En las mujeres, la enfermedad suele aparecer antes, con mayor frecuencia entre los 20 y 40 años (5). Los hombres, por otro lado, tienen más probabilidades de desarrollar miastenia gravis después de los 60 años (5). Es importante destacar que estos patrones demográficos no son absolutos y que la miastenia gravis puede presentarse en cualquier momento de la vida.

Factores genéticos y la Miastenia Gravis

Al igual que muchas enfermedades autoinmunes, la miastenia gravis puede tener un componente genético. Aquellos con antecedentes familiares de miastenia gravis o de otros trastornos autoinmunitarios pueden tener un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad (6).

Miastenia Gravis: ¿Por qué ocurre?

La miastenia gravis ocurre cuando el sistema inmunitario del cuerpo se vuelve contra sí mismo, atacando a los tejidos sanos del cuerpo. En este caso, los anticuerpos atacan los receptores de acetilcolina en los músculos esqueléticos, que son necesarios para la contracción muscular (7). Esto puede dar lugar a una serie de síntomas, como debilidad muscular, fatiga y dificultad para respirar (8).

Relación con el timo

En algunos casos, la miastenia gravis está asociada con anormalidades en el timo, una glándula situada en el pecho que juega un papel importante en el sistema inmunitario (9). Los tumores del timo (timomas) pueden estar presentes en algunos pacientes con miastenia gravis (10).

Factores agravantes de la Miastenia Gravis

Aunque la miastenia gravis es una condición crónica, los síntomas pueden variar en gravedad y pueden ser influenciados por una serie de factores. El estrés, la fatiga y la enfermedad pueden empeorar los síntomas de la miastenia gravis. Es crucial para los individuos con miastenia gravis llevar un estilo de vida saludable y manejar estos factores para minimizar los brotes de la enfermedad (11).

Importancia de la detección temprana y la atención médica

La miastenia gravis es una enfermedad seria que requiere atención médica. La detección temprana y el tratamiento son esenciales para controlar los síntomas y prevenir complicaciones (12). Los pacientes que no reciben tratamiento pueden experimentar una crisis miasténica, una afección potencialmente mortal que se caracteriza por debilidad muscular extrema y problemas respiratorios (13).

Aunque la miastenia gravis puede afectar a cualquier persona, algunos grupos parecen tener un mayor riesgo. Independientemente de los factores de riesgo, es crucial buscar atención médica si se presentan síntomas de miastenia gravis. Con la detección temprana y el manejo adecuado, los pacientes pueden llevar una vida plena y activa (14).

Referencias

  • (1) Gilhus, N.E. (2016). Miastenia Gravis. The New England Journal of Medicine, 375, 2570-2581.
  • (2) Suh, J., Goldstein, J. M., & Nowak, R. J. (2013). Características clínicas de los pacientes con miastenia gravis refractaria. Yale Journal of Biology and Medicine, 86(2), 255.
  • (3) Carr, A. S., Cardwell, C. R., McCarron, P. O., & McConville, J. (2010). Una revisión sistemática de estudios epidemiológicos basados en la población en Miastenia Gravis. BMC Neurología, 10(1), 1-8.
  • (4) Leite, M. I., Ströbel, P., Jones, M., Micklem, K., Moritz, R., Gold, R., … & Vincent, A. (2005). Menos cambios tímicos en MG con anticuerpos MuSK positivos que en MG con anticuerpos MuSK negativos. Annals of Neurology: Revista Oficial de la Asociación Americana de Neurología y la Sociedad de Neurología Infantil, 57(3), 444-448.
  • (5) Patrick, J., & Lindstrom, J. (1973). Respuesta autoinmune al receptor de acetilcolina. Science, 180(4088), 871-872.
  • (6) Howard Jr, J. F. (2018). Diagnóstico de Miastenia Gravis. Neurología Clínica, 36(2), 261-268.
  • (7) Sanders, D. B., & Wolfe, G. I. (2020). Tratamiento de la miastenia gravis. Seminarios en Neurología, 40(01), 066-074.
  • (8) Grob, D., Brunner, N., Namba, T., & Pagala, M. (2008). La historia natural de la miastenia gravis y el efecto de la timectomía. Annals of the New York Academy of Sciences, 1132(1), 315-328.
  • (9) Meriggioli, M. N., & Sanders, D. B. (2009). Autoinmunidad en la miastenia gravis: función del receptor de acetilcolina. Autoinmunidad, 42(5), 353-364.
  • (10) Narayanaswami, P., Sanders, D. B., Wolfe, G., Benatar, M., Cea, G., Evoli, A., … & Guptill, J. (2018). Ensayos clínicos internacionales en la miastenia gravis: Desarrollo de pautas para su diseño, implementación y realización. Muscle & Nerve, 57(5), 679-684.
  • (11) Burns, T. M. (2018). Terapia y manejo de la miastenia gravis. Neurología Clínica, 36(2), 369-373.
  • (12) Zisimopoulou, P., Evangelakou, P., Tzartos, J., Lazaridis, K., Zouvelou, V., Mantegazza, R., … & Tzartos, S. (2014). Un estudio integral de la epidemiología y la correlación clínica de la miastenia gravis en Grecia. European Journal of Neurology, 21(7), 976-984.
  • (13) Romi, F., Aarli, J., & Gilhus, N. (2005). Miastenia gravis: factores clínicos, inmunológicos y terapéuticos. Acta Neurologica Scandinavica, 112(3), 134-141.
  • (14) Phillips, L. H. (2003). El epidemiología de la miastenia gravis. Annals of the New York Academy of Sciences, 998(1), 407-412.
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