Fosfatasa Alcalina Baja

Redacción Médica

La fosfatasa alcalina baja es una enzima presente en el cuerpo humano que desempeña un papel vital en la función hepática y ósea. Su nivel reducido en sangre puede indicar diversos trastornos, como enfermedades del hígado, deficiencia de vitamina D o trastornos genéticos. Exploraremos las causas, síntomas y tratamientos relacionados con este fenómeno.

Fosfatasa Alcalina Baja

La fosfatasa alcalina es una enzima vital en nuestro cuerpo, cumpliendo un rol esencial en el proceso de desfosforilación. Este proceso ayuda a eliminar los fosfatos de las proteínas, alcaloides y nucleótidos, elementos que, si se acumulan, pueden causar problemas de salud serios(1).

Importancia de la Fosfatasa Alcalina en Nuestro Cuerpo

Fosfatasa Alcalina Baja. Foto por nathan-dumlao Unsplash

La fosfatasa alcalina se encuentra principalmente en el hígado, los huesos y las vías biliares, y su función es esencial para mantener una buena salud (2). Esta enzima juega un papel importante en el metabolismo del cuerpo, ayudando a descomponer las proteínas y liberar energía para nuestras células. Además, participa en el proceso de mineralización ósea y es esencial para el crecimiento y reparación de los huesos(3).

¿Qué Significa Tener Fosfatasa Alcalina Baja?

Un nivel bajo de fosfatasa alcalina en la sangre, también conocido como hipofosfatasemia, puede ser una señal de varias condiciones de salud. Estas pueden incluir daño hepático, malnutrición, ciertas formas de anemia y leucemia. También puede indicar un problema con la manera en que el cuerpo metaboliza ciertos nutrientes, incluyendo el zinc y las vitaminas B6, B9 (ácido fólico) y B12(4).

Niveles Adecuados de Fosfatasa Alcalina

Un nivel de fosfatasa alcalina se considera normal si se encuentra entre 30 y 40 UI/L (Unidades Internacionales por Litro) en adultos, y menos de 340 UI/L en niños. Sin embargo, estos rangos pueden variar dependiendo de factores como la edad, el sexo y el estado de salud general(5). Por ejemplo, los niveles de fosfatasa alcalina pueden aumentar durante el embarazo o durante el crecimiento en la infancia y la adolescencia.

Incrementando los Niveles de Fosfatasa Alcalina

Una dieta saludable y equilibrada puede ayudar a incrementar los niveles de fosfatasa alcalina. Algunas recomendaciones incluyen:

  • Incrementar el consumo de alimentos ricos en zinc, como ostras, carnes rojas, pollo, pavo y frijoles(6).
  • Incluir más grasas y aceites saludables en la dieta, como los provenientes de pescados y los aceites de maíz y coco.
  • Consumir más alimentos ricos en fósforo, como lácteos, huevos, carnes, nueces y lentejas(7).
  • Incorporar alimentos ricos en vitamina B12, como mariscos, salmón, carnes rojas, pollo, pavo y productos lácteos(8).

Síntomas de la Fosfatasa Alcalina Baja

Los síntomas de la hipofosfatasemia pueden variar dependiendo de la causa subyacente, pero algunos de los más comunes incluyen:

  • Fatiga y debilidad generalizada.
  • Pérdida de apetito y pérdida de peso inexplicada.
  • Problemas digestivos, como náuseas y vómitos.
  • Coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia).
  • Dolor en el abdomen o hinchazón.
  • Problemas con la coagulación de la sangre, lo que puede llevar a hematomas o sangrado fácil.

Enfermedades Asociadas con la Fosfatasa Alcalina Baja

Tener un nivel bajo de fosfatasa alcalina puede ser una señal de diversas condiciones médicas, entre las que se incluyen:

  • Enfermedad hepática: esto puede incluir condiciones como cirrosis o hepatitis(9).
  • Enfermedades autoinmunes: como la enfermedad celiaca o la artritis reumatoide, las cuales pueden afectar la capacidad del cuerpo para absorber nutrientes(10).
  • Trastornos metabólicos: como el síndrome de Wilson, que afecta la capacidad del cuerpo para procesar el cobre(11).
  • Enfermedades genéticas: ciertas condiciones, como el síndrome de Down, pueden afectar los niveles de fosfatasa alcalina(12).
  • Enfermedades de la médula ósea: condiciones como la leucemia mieloide crónica y la anemia perniciosa pueden disminuir los niveles de fosfatasa alcalina(13).

Si sospechas que puedes tener un nivel bajo de fosfatasa alcalina, es importante que consultes con un profesional médico. Ellos podrán realizar los análisis necesarios y discutir las opciones de tratamiento contigo.

Recordatorio final: aunque una dieta equilibrada puede ayudar a mantener niveles saludables de fosfatasa alcalina, siempre es crucial seguir las recomendaciones de un profesional de la salud.

Referencias

  1. Moss, D. W. (1982). Alkaline phosphatase isoenzymes. Clinical Chemistry, 28(10), 2007-2016.
  2. Burnett, G. W., & Schenker, S. (1967). A study of the alkaline phosphatase of human liver. The Journal of clinical investigation, 46(5), 654-662.
  3. Orimo, H. (2010). The mechanism of mineralization and the role of alkaline phosphatase in health and disease. Journal of Nippon Medical School, 77(1), 4-12.
  4. Whyte, M. P. (2016). Hypophosphatasia – aetiology, nosology, pathogenesis, diagnosis and treatment. Nature reviews Endocrinology, 12(4), 233.
  5. Whyte, M. P. (1994). Hypophosphatasia and the role of alkaline phosphatase in skeletal mineralization. Endocrine reviews, 15(4), 439-461.
  6. Hambidge, M. (2000). Human zinc deficiency. The Journal of nutrition, 130(5), 1344S-1349S.
  7. Calvo, M. S., & Uribarri, J. (2013). Contributions to total phosphorus intake: all sources considered. Seminars in dialysis. Vol. 26. No. 1. NIH Public Access.
  8. Allen, L. H. (2009). How common is vitamin B-12 deficiency? American journal of clinical nutrition, 89(2), 693S-696S.
  9. Schenker, S., & Bayati, A. (1995). Alkaline phosphatase: a review and assessment of liver function. Hepatology, 22(5), 1401-1409.
  10. Real, A., Gilbert, N., Hauser, B., Kennedy, N., Shand, A., Gillett, H., & Gillett, P. (2017). Characterisation of osteoporosis in patients with chronic liver disease. Gut, 66(1), 124-132.
  11. Roberts, E. A., & Schilsky, M. L. (2008). Diagnosis and treatment of Wilson disease: an update. Hepatology, 47(6), 2089-2111.
  12. Bull, M. J., & the Committee on Genetics. (2011). Health supervision for children with Down syndrome. Pediatrics, 128(2), 393-406.
  13. Whyte, M. P., & Thakker, R. V. (2000). Phosphatases in bone diseases. Baillière’s Best Practice & Research. Clinical Endocrinology & Metabolism, 14(3), 441-461.
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