La artralgia es una patología que afecta los huesos, manifestándose a través de un intenso dolor en las articulaciones. A menudo se confunde con la artritis debido a sus síntomas similares, pero es esencial distinguir entre ambas.
Mientras que la artritis se refiere a la inflamación de las articulaciones, la artralgia se centra exclusivamente en el dolor en ellas (1). De hecho, este dolor puede ser el precursor o un síntoma de otra enfermedad subyacente. Puede presentarse en una sola articulación o varias al mismo tiempo, en cuyo caso se denomina poliartralgia.
Artralgia. Foto por Envato.
Causas de la Artralgia
El origen del dolor en las articulaciones puede variar ampliamente. En general, se atribuye a un esfuerzo simbólico de los músculos y las articulaciones, produciendo un dolor agudo que, en ocasiones, es consecuencia de otra enfermedad. Las principales causas son:
- Sobre esfuerzo de los huesos y lesiones resultantes.
- Enfermedades degenerativas de las articulaciones, como la osteoartritis (2).
- Enfermedades infecciosas como sarampión, influenza, fiebre reumática, paperas o hepatitis.
- Enfermedades autoinmunes como el lupus o la gota(3).
- Traumatismos crónicos que dañan las articulaciones.
- Alteraciones del sistema inmune.
- Problemas derivados del sobrepeso.
- Cambios bruscos de temperatura, que pueden exacerbar el dolor.
- Inflamación de la bursa, tumores o tendinitis.
- Infecciones de origen viral.
- Condiciones no articulares: trastornos nerviosos y musculares, osteomelitis, vasculotopía o radiculopatía.
Síntomas de la Artralgia
Más allá del característico dolor articular, la artralgia puede manifestarse a través de diversos síntomas:
- Dolor Articular Variante: Puede oscilar entre leve a intenso y ser agudo o crónico.
- Enrojecimiento: Las articulaciones afectadas pueden presentar un tono rojizo debido a la inflamación subyacente o una posible infección.
- Restricción de Movimiento: A menudo, las articulaciones dolorosas pueden tener su rango de movimiento limitado, dificultando actividades diarias.
- Rigidez: Es común experimentar rigidez especialmente por las mañanas o después de periodos de inactividad.
- Sensibilidad: Las áreas alrededor de las articulaciones pueden ser sensibles al tacto.
- Calor Local: Las articulaciones pueden sentirse calientes al tacto, indicativo de inflamación o infección.
- Edema o Hinchazón: Las articulaciones pueden presentar inflamación visible, lo que a menudo aumenta la sensación de rigidez.
- Síntomas Sistémicos: En algunas ocasiones, pueden presentarse síntomas como fiebre, cansancio, pérdida de peso o sudores nocturnos, especialmente si la artralgia es causada por enfermedades autoinmunes o infecciones.
Prevención de la Artralgia
Aunque no todas las causas de artralgia pueden prevenirse, sí existen medidas para reducir el riesgo o para aliviar la severidad de los síntomas:
- Mantener un Peso Saludable: La obesidad o el sobrepeso incrementan la presión sobre las articulaciones, especialmente rodillas, caderas y columna vertebral(4).
- Evitar Movimientos Repetitivos: Movimientos constantes y repetitivos pueden desgastar las articulaciones.
- Fortalecimiento Muscular: Tener músculos fuertes ayuda a soportar y proteger las articulaciones.
Diagnóstico de la artralgia
La artralgia, comúnmente conocida como dolor en las articulaciones, puede ser un síntoma perturbador que afecta nuestra calidad de vida. El diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado son esenciales para combatirla(1).
Reconociendo el problema
Al percibir cambios generales y dolor en las articulaciones, es vital que nos acerquemos a nuestro Centro Médico más cercano. Lo primero que los médicos harán es un examen físico para conocer la gravedad del problema e intentar averiguar cuál es la causa inicial(1).
Exámenes y pruebas sanguíneas
Luego, se realizarán pruebas sanguíneas esenciales para el diagnóstico. Estas pruebas buscan conocer el funcionamiento completo del sistema sanguíneo, enfocándose en indicadores como el hematocrito, la hemoglobina y los hematíes. Además, es crucial medir los niveles de ácido úrico y de glóbulos rojos. T
odo esto proporciona una visión más clara sobre las causas del problema y permite identificar el tratamiento más adecuado para combatir la artralgia activa (2).
Causas subyacentes
Es esencial entender que la artralgia, en muchos casos, es una consecuencia subyacente de otra enfermedad. Esta relación causal puede complicar el proceso de diagnóstico, ya que es fundamental identificar la enfermedad primaria (3). Dependiendo de los hallazgos, el médico determinará el tratamiento más apropiado.
Tratamientos de la Artralgia
Existen diversos tratamientos para la artralgia, y la elección dependerá de la gravedad y la causa subyacente del dolor. Entre los más comunes, encontramos:
- Analgésicos y antiinflamatorios: Son medicamentos comúnmente recetados cuando el problema es leve o moderado (2).
- Fisioterapia: Esta técnica es esencial para calmar los dolores de la artralgia. Dentro de esta categoría, encontramos:
- Ejercicios físicos: Recomendados por el fisioterapeuta, sirven para estirar y fortalecer los músculos, optimizando así la movilidad y reduciendo el dolor (4).
- Estimulación eléctrica: Esta terapia busca contraer los músculos para disminuir problemas de atrofia muscular. Es comúnmente usada también en dolores de espalda y esguinces.
- Antibióticos: Utilizados en casos específicos para disminuir la inflamación y el dolor.
- Dietas: En situaciones donde el exceso de peso es una causa directa o contribuyente al dolor articular, una dieta adecuada puede aliviar considerablemente el dolor (4).
- Terapia quirúrgica: En casos extremos donde otros tratamientos no han resultado efectivos, la cirugía puede ser una solución para mejorar la movilidad y reducir el dolor.
- Crioterapia o terapia del frío: Consiste en aplicar frío en la zona afectada, limitando el dolor en los tejidos. A veces, se combina con terapia térmica para maximizar los efectos.
- Masajes: Los masajes terapéuticos son una excelente opción para relajar tendones y reducir la hinchazón articular.
La importancia de una opinión especializada
La autodiagnosis o el autotratamiento pueden resultar contraproducentes. Siempre es recomendable acudir a un especialista, como los que ofrecen los diferentes cuadros médicos de las aseguradoras. Ellos podrán determinar si efectivamente se trata de artralgia y recomendarán el mejor enfoque terapéutico (1).
Referencias:
- Scott, D. L., & Wolfe, F. (2010). Rheumatology (5ª ed.). Elsevier. – Reumatología (5ª ed.). Elsevier.
- Hochberg, M. C., & Silman, A. J. (2015). Rheumatology (6ª ed.). Mosby. – Reumatología (6ª ed.). Mosby.
- Firestein, G. S. (2016). Etiopatogenia de enfermedades reumáticas. En G. S. Firestein, R. C. Budd, & I. B. McInnes, Rheumatology (6ª ed.). Elsevier. – Etiopatogenia de enfermedades reumáticas. En G. S. Firestein, R. C. Budd, & I. B. McInnes, Reumatología (6ª ed.). Elsevier.
- Messier, S. P. (2018). Obesidad y osteoartritis: manejo del peso sin farmacoterapia. Rheumatic Diseases Clinics of North America, 44(3), 377-394. – Obesidad y osteoartritis: manejo del peso sin farmacoterapia. Clínicas de Enfermedades Reumáticas de Norteamérica, 44(3), 377-394.
Más información sobre la enfermedad
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Las articulaciones y los músculos
Los dolores y molestias en las articulaciones, son el motivo de enfermedades como la artralgia. Algunas veces, la articulación está tan contractada que termina en protuberanciones como la de los juanetes. En este problema el calzado y la genética, juegan un papel importante.
Por otra parte, existen problemas que dañan los músculos y los nervios. En el caso de la hipercapnia, es una afección que hace que los músculos que ayudan a la respiración, no trabajen correctamente, esto reduce el consumo de oxígeno, y altera el de dióxido de carbono. La exposición radial es también un tema a tratar con delicadeza. El eritema es una enfermedad que normalmente empieza por una infección viral, o sobre exposición solar, por lo tanto, los productos o medicamentos anti virales son los más utilizados.
Otra enfermedad que toca directamente los músculos, es la neoplasia, conocida como tumor o blastoma. Una de las causas de neoplasia, es el estrés del día a día. El estado de ánimo tiene mucho que ver con la aparición de este mal.
Antibióticos
El diagnóstico y tratamiento de cada enfermedad es diferente, en el caso de la artralgia, se pueden usar ciertos antibióticos que disminuyen los dolores. Problemas como lo que es la brucelosis, se pueden tratar con antibióticos también. Esto se debe a que la enfermedad baja las defensas y la medicación ayudará a calmar el dolor. En el caso de problemas como el síndrome de derrame pleural es diferente. En esta se debe realizar una toracotomía cerrada. Se introduce una sonda en el tórax un día completo, esta ayuda a desalojar el líquido acumulado, luego se realiza una pleurodesis.
Otro problema que se puede regular gracias a los antibióticos es el sangrado fuerte y prolongado del período menstrual. Esto, que es menorragia, altera las hormonas, las cuales deben ser reguladas. Además puede ocasionar problemas de anemia, la cual se nivela gracias a una dieta médica especial.
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