Linfocitos Altos, Síntomas y Enfermedades Asociadas

Redacción Médica

Actualizado el:

Los linfocitos altos, también conocidos como linfocitosis, son un indicador en el recuento sanguíneo que muestra un aumento anormal de los linfocitos en el organismo. Este artículo explora los síntomas y causas comunes de la linfocitosis, y brinda una comprensión básica de esta condición que puede estar relacionada con diversas enfermedades y trastornos.

Linfocitos Altos, Síntomas y Enfermedades Asociadas

Nuestro sistema inmune está compuesto por una gran cantidad de células y órganos que se encargan de protegernos contra el ataque de sustancias dañinas como los gérmenes y otros microorganismos. Una vez que se descubre la presencia de alguna de estas sustancias, varios tipos de células se movilizan para generar una respuesta inmune, entre las cuales se encuentran los linfocitos (1).

Pero, a pesar de lo beneficiosos que son estos organismos protectores inmunitarios, es importante cuidar del valor de los mismos en nuestra sangre, ya que una cantidad exagerada de ellos podría resultar contraproducente y acabar por afectar nuestra salud (2).

Linfocitos Altos, Síntomas y Enfermedades Asociadas. Foto por stevepb Pixabay

Valores y recuento de linfocitos

Generalmente, un recuento de linfocitos se incluye en un hemograma completo y se enuncia como un porcentaje según el número total de leucocitos en la sangre. Los niveles deben ubicarse entre 1.500 y 4.000 células por microlitro de sangre para ser considerados saludables (3).

¿Qué sucede con los linfocitos altos?

Se denomina linfocitosis al aumento exagerado en el número o proporción de linfocitos en el torrente sanguíneo. Esta condición puede detectarse a través de un hemograma completo y ocurre cuando la cantidad de linfocitos es mayor a 4.000 células por microlitro de sangre en el caso de los adultos, 7.000 en el caso de niños mayores, y 9.000 en el caso de los bebés (3).

Los linfocitos altos en la sangre pueden ser sinónimo de varias condiciones, como:

  • Leucemia linfocítica aguda o crónica (4).
  • Infección por citomegalovirus (4).
  • VIH o SIDA (5)
  • Tos ferina (4)
  • Mieloma múltiple (4).
  • Tuberculosis (4)
  • Mononucleosis (4)
  • Vasculitis (4)
  • Hepatitis (4)
  • Brucelosis (4)
  • Enfermedad endocrina de Addison (4).
  • Infecciones causadas por protozoos (4).
  • Afecciones del tejido conectivo (4).
  • Tirotoxicosis (4).
  • Paperas (4).
  • Rubéola (4).
  • Cáncer y otras enfermedades (5).

Es importante recordar que la linfocitosis no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma de un problema subyacente más grande. Por lo tanto, para controlarla, es esencial tratar la patología subyacente para reducir la producción de más células inmunitarias, como los linfocitos (2).

¿Cuáles son las causas de tener linfocitos altos?

Las causas más comunes que se asocian al aumento de linfocitos en la sangre son:

  • Tumores linfoides y tricoleucemia (4).
  • Leucemia prolinfocítica (4).
  • Linfomas con expresión leucémica (4).
  • Leucemia de linfocitos grandes granulares (4).
  • Leucemia linfoblástica aguda y leucemia linfocítica crónica (4).

Síntomas de los linfocitos altos

Por lo general, los síntomas de la linfocitosis suelen variar dependiendo de la enfermedad o condición subyacente en el paciente, tales como:

  • Leucemia linfocítica crónica (4).
  • Trastornos linfoproliferativos (4).
  • Adenopatías (4).
  • Malestar general (4).

Algunos de los síntomas más comunes incluyen fatiga, fiebre, sudores nocturnos, inapetencia y pérdida de peso inexplicada. En caso de experimentar estos síntomas, es importante consultar a un médico para un diagnóstico y tratamiento adecuados (5).

Tratamiento para los linfocitos altos

El tratamiento para la linfocitosis generalmente se centra en tratar la afección subyacente que está causando el aumento en los linfocitos. Esto puede incluir medicamentos para tratar una infección o quimioterapia o radioterapia para tratar el cáncer (5).

Es fundamental estar informados sobre nuestra salud y realizar chequeos periódicos para identificar cualquier alteración temprana en nuestro organismo, lo cual permite un diagnóstico y tratamiento oportuno (5).

Referencias

(1) Alberts B, Johnson A, Lewis J, et al. “Biología molecular de la célula. 4ta edición”. Nueva York: Garland Science; 2002. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK21054/
(2) Abbas, A. K., Lichtman, A. H., & Pillai, S. (2018). “Inmunología celular y molecular” (9na edición). Elsevier.
(3) Bain, B. J. (2010). “Células sanguíneas: Una guía práctica” (5ta edición). Wiley-Blackwell.
(4) Jaffe, E. S., Harris NL, Stein H, et al. (2001). “Patología y genética de tumores del tejido linfático”. Lyon: IARC Press.
(5) Longo, D. L., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Jameson, J. L., & Loscalzo, J. (2012). “Principios de medicina interna de Harrison” (18va edición). McGraw-Hill.

¿Qué te ha parecido el contenido?

Your page rank:


Última actualización:

Autor
Índice
Artículos relacionados