Diferencias entre el Kéfir y Yogur » Delicias Sanas

Redacción

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El kéfir y el yogur difieren en la variedad de bacterias beneficiosas presentes; el kéfir contiene más cepas probióticas que promueven la salud intestinal.

Diferencias entre el Kéfir y Yogur » Delicias Sanas. Foto por Envato.

A pesar de que se parecen mucho a simple vista, existen diferencias entre el kéfir y el yogur. Ambos coinciden en algunas propiedades y su sabor es similar. Muchas personas se abren camino en Internet para tratar de descubrir cuál de estos productos puede ser el que más los beneficie.

Diferencias entre el kéfir y el yogur

Debemos tomar en cuenta que la leche se fermenta en el yogur de una manera láctica, contando con la presencia de dos bacterias que se denominan por una parte L. Bulgaricus y la otra S. Termophilus, mientras tanto en el kéfir la fermentación se logra de otra manera, con reacción lácteo-alcohólica (1). Este último proceso ocasiona que el kéfir siempre se consiga más fuerte que el yogur.

Diferencias entre el Kéfir y Yogur » Delicias Sanas. Foto por Envato.

Otra de las diferencias notables que tienen estos productos es su espesor, a distancia parecen ser iguales pero cuando los probamos o tocamos nos damos cuenta que el kéfir es muy líquido, mientras el yogur tiene una consistencia mucho más sólida. De hecho, la contextura del kéfir es más parecida a un vaso de leche.

Cuando hablamos de cepas encontramos también otra diferencia notable, mientras el yogur logra contener unas cuatro o seis cepas bacterianas, el kéfir se destaca y logra tener hasta más de 30 cepas, logrando sin duda un poder probiótico mucho mayor e importante (2).

La preparación del kéfir y el yogur es distinta

Para preparar el yogur se hace necesario calentar mucho la leche, de hecho, de la cantidad de temperatura que percibe depende su espesor, mientras el kéfir no necesita en ningún momento utilizar el calor para lograr la fermentación. Los granos de kéfir se fermentan con una temperatura normal, lo cual garantiza que mantienen con mayor escala sus propiedades que el yogur (3).

En el cultivo también sucede lo mismo porque el kéfir es mesofílico, lo que quiere decir que se puede cultivar en una temperatura completamente ambiente, mientras el yogur requiere que de un tipo de calentamiento para que se pueda cultivar adecuadamente.

El kéfir, como todos sabemos, proviene de las montañas del Cáucaso mientras el yogurt es originario de la región del sureste de Europa.

El alcohol se hace presente en el kéfir

Por otro lado, las levaduras que posee el kéfir contienen una cantidad de alcohol que no se hace presente en el yogur, esto hace que se denote una diferencia sobre todo en el sabor, mientras el yogur lo percibimos cremoso, además de suave y agrio, en el kéfir se hace presente el sabor o toque de alcohol (4).

A la hora de comer estos productos es muy normal que por la consistencia el yogur se dé a comer con una cuchara, mientras el kéfir lo podemos colocar en un vaso y consumirlo directamente o hasta con una pajita.

Las funciones de las bacterias del kéfir son diferentes a las que están presentes en el yogur. Por cierto, el kéfir resulta ser más fácil de digerir que el yogur, porque este último presenta lactosa, es decir, el azúcar que contiene la leche, lo cual la hace más difícil para digerirla (5).

Más allá de buscar diferencias, debemos reconocer que ambas bebidas son muy sabrosas y agradables a nuestro paladar, por otro lado, cada uno tiene unos beneficios que son indispensables para nuestro organismo, por lo tanto, la idea debería ser tener los dos productos en casa e ir alternando su consumo.

Esto nos da variedad además de garantizar una cantidad de propiedades que percibe nuestro organismo, lo que si te podemos recomendar es que para preservar todos los beneficios de estas dos bebidas es indispensable que lo aprendas a elaborar en casa.

Referencias:

  1. Tamime, A. Y., & Robinson, R. K. (2007). Yoghurt: Science and technology. Woodhead Publishing.
  2. Hill, C., et al. (2014). The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics consensus statement on the scope and appropriate use of the term probiotic. Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology, 11(8), 506-514.
  3. Garrote, G. L., Abraham, A. G., & De Antoni, G. L. (2001). Chemical and microbiological characterisation of kefir grains. Journal of Dairy Research, 68(4), 639-652.
  4. Farnworth, E. R. (2005). Kefir – a complex probiotic. Food Science and Technology Bulletin: Functional Foods, 2(1), 1-17.
  5. Savaiano, D. A., & Levitt, M. D. (1987). Milk intolerance and microbe-containing dairy foods. Journal of Dairy Science, 70(2), 397-406.
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