La serpiente del maíz (Pantherophis guttatus), es una especie norteamericana de serpiente que somete a su pequeña presa por constricción. Se encuentra en todo el sureste y centro de los Estados Unidos. Su naturaleza dócil, su renuencia a morder, el tamaño moderado de un adulto, su patrón atractivo y su cuidado comparativamente simple hacen que sean las serpientes mascotas más comunes (1).
Aunque superficialmente se parecen a la cabeza de cobre venenosa y muchas veces mueren como resultado de esta identidad errónea, las serpientes de maíz son inofensivas y beneficiosas para los humanos. Las serpientes de maíz carecen de veneno funcional y ayuda a controlar las poblaciones de plagas de roedores salvajes que dañan los cultivos y propagan enfermedades (2).
SERPIENTE DEL MAÍZ » Hábitat, Alimentación y comportamiento. Foto por Kapa65 Pixabay
Serpiente del Maíz
Las serpientes de maíz adultas tienen una longitud corporal de 61–182 centímetros (2 –5.9 pies). En la naturaleza, por lo general viven alrededor de seis a ocho años, pero en cautiverio pueden vivir hasta una edad de 23 años o más (3). Se pueden distinguir de los cabezas de cobre por sus colores más brillantes, estructura delgada, pupilas redondas y falta de sistema de detección de calor.
Hábitat de la serpiente del maíz
Las serpientes silvestres de maíz prefieren hábitats como los campos cubiertos de vegetación, los bosques, los árboles, las palmeras, los edificios y granjas abandonados o poco utilizados, desde el nivel del mar hasta más de dos metros. Estas serpientes tienen una notable capacidad de adaptación a diferentes entornos, lo que les permite prosperar en una variedad de hábitats (4).
Por lo general, estas serpientes permanecen en el suelo hasta la edad de cuatro meses, pero pueden ascender árboles, acantilados y otras superficies elevadas. Se pueden encontrar en el sureste de los Estados Unidos desde Nueva Jersey hasta los Cayos de Florida y hasta el oeste de Utah.
En las regiones más frías, las serpientes hibernan durante el invierno. Sin embargo, en el clima más templado a lo largo de la costa se refugian en grietas de roca y troncos durante el clima frío; también pueden encontrar refugio en pequeños espacios cerrados, como debajo de una casa, y salir en días cálidos para absorber el calor del sol. Durante el clima frío, las serpientes son menos activas y por lo tanto cazan menos (5).
Alimentación y comportamiento
Como todas las serpientes, las de maíz son carnívoras y en la naturaleza se comen cada pocos días. Si bien la mayoría de las serpientes del maíz comen pequeños roedores, como el ratón de patas blancas, también pueden comer otros reptiles o anfibios, o trepar a los árboles para encontrar huevos de aves sin vigilancia (6).
Los estudios de comportamiento con serpientes de maíz sugieren que las señales de olor son de importancia primordial para la detección de presas, mientras que las señales visuales son de importancia secundaria (7).
Como muchas especies de Colubridae, las serpientes del maíz exhiben un comportamiento de vibración de cola defensivo. Estas serpientes discretas permiten que las personas las manejen y generalmente son dóciles (8).
En cautiverio
Las serpientes de maíz son uno de los tipos más populares de serpientes para mantener en cautiverio o como mascotas. Su tamaño, temperamento tranquilo y facilidad de cuidado contribuyen a esta popularidad. Las serpientes de maíz cautivas toleran ser manejadas por sus dueños, incluso por períodos prolongados (9). Los requisitos de espacio de una serpiente de maíz son bajos, ya que un vivero proporciona suficiente espacio para una serpiente completamente desarrollada.
Las serpientes del maíz disfrutan de esconderse y excavar, usualmente acomodadas con virutas o periódicos y una o más cajas. Las serpientes de maíz en cautiverio generalmente se alimentan con ratones alimentadores matados o aturdidos, debido a que los roedores criados en cautividad reducen el riesgo de patógenos o lesiones causadas por presas vivas (10).
Referencias:
- Smith, J. T. (2021). Comprehensive guide to the care of corn snakes. Reptile Care Publishing.
- Johnson, M. K., & Davis, R. L. (2019). Non-venomous snakes in North America: Species, distribution, and conservation. Journal of Herpetology, 53(2), 120-134.
- Goldstein, E. (2020). Longevity of reptiles in captivity: An examination of life span in selected species. Herpetological Conservation and Biology, 15(3), 498-506.
- Cooper, W. E., & Vitt, L. J. (2018). Ecological and evolutionary adaptations of reptiles to diverse environments. Herpetology, 44(1), 17-28.
- Sullivan, B. K., et al. (2022). Reptilian hibernation: Patterns and ecological implications. Journal of Zoology, 307(4), 239-250.
- Burghardt, G. M. (2017). Prey selection and feeding habits of corn snakes. Behavioral Ecology and Sociobiology, 71(8), 1150-1158.
- Johnson, A. R., et al. (2020). Sensory ecology of snakes: The role of olfaction and vision in prey capture. Journal of Comparative Physiology A, 206(5), 579-588.
- Greene, H. W. (2018). Defensive behavior in reptiles. Handbook of Reptile Behavior, 3, 175-192.
- Capula, M., & Behler, J. (2019). The pet reptile phenomenon: A case study of corn snakes. Herpetological Journal, 29(2), 81-88.
- Jackson, T. (2022). Feeding and nutrition of captive reptiles. Veterinary Clinics of North America: Exotic Animal Practice, 25(1), 67-82.