Los ganglios linfáticos son parte del sistema inmunológico del cuerpo humano. Se caracterizan por estar junto a los vasos linfáticos y se encargan de recoger fluido, material de desecho, entre otras.
También recogen virus y bacterias que están esparcidas por todo el cuerpo humano.
GANGLIOS LINFÁTICOS. Photo by 4330009. Pixabay.
Los vasos linfáticos tienen, a su vez, tienen mucha similitud con las venas que recogen y llevan la sangre a todos los lugares del organismo. Sin embargo, en vez de llevar sangre, llevan un líquido transparente llamado linfa.
Ahora bien, ¿a qué viene todo esto? Pues conocerlo mejor nos hará tener una idea un poco más clara sobre lo que son los ganglios linfáticos.
El fluido linfático fluye teniendo su origen en las paredes capilares hasta cubrir las células del tejido del cuerpo. Tiene como función transportar oxígeno y otras células; mientras tanto, también eliminan desechos como lo son el dióxido de carbono que fluye de las células.
El líquido linfático también tiene glóbulos blancos, que contribuye a combatir diferentes infecciones.
¿Qué son los Ganglios Linfáticos?
Los vasos linfáticos, como hemos dicho anteriormente, dirigen el fluido linfático con la ayuda de los nudos en todo el cuerpo.
Los ganglios linfáticos son, en resumen, unas pequeñas estructuras que funcionan como especie de filtros para muchas sustancias tóxicas o nocivas.
En su composición tienen células inmunitarias. Estas células inmunitarias son capaces de combatir muchas infecciones. En ese sentido, ayudan a atacar y destruir diferentes gérmenes que son transportados mediante el líquido linfático.
Hay muchos ganglios linfáticos en todo el cuerpo humano.
Cada uno de los ganglios filtra el líquido y las sustancias que captan los vasos que lo conducen. Un ejemplo de ello es lo que sucede con el líquido linfático de los dedos; este líquido avanza hasta llegar al tóraz, uniéndose finalmente al líquido del brazo.
Por otra parte, el líquido de la cabeza, del cuero cabelludo y la cara suele fluir hasta llegar a encontrarse en todo el cuerpo humano: pulmones, hígado, intestino, entre otros órganos. Esto, por supuesto, permite filtrar líquido de esas áreas.
El fluido linfático, por su parte, fluye por todo el cuerpo humano. Una vez que el viaje del fuido linfático culmina, las sales y las proteínas vuelven nuevamente al torrente sanguíneo.
Ganglios linfáticos inflamados
Los ganglios pueden inflamarse por diversas razones. Las principales de ellas es la exposición a bacterias o virus.
Cuando estos ganglios se inflaman a causa de una infección el proceso se llama “linfadenitis”.
Además, en algunos casos, la inflamación puede darse por el cáncer.
Síntomas de la inflamación de los ganglios linfáticos
Como hemos comentado, el sistema linfático está compuesto por varios órganos, vasos y nódulos ubicados en todo el cuerpo humano.
Por lo general, los gánglios linfáticos que se hinchan son aquellos que están en la cabeza, el cuello, axilas e ingle.
Las causas son variadas, pero dependiendo de la causa, los síntomas pueden ser diferentes. Entre los principales de estos encontramos:
- Sudoración nocturna.
- Fiebre.
- Nódulos fijos, duros y de rápido crecimiento.
- Hinchazón en los ganglios linfáticos de todo el cuerpo. Esto puede estar indicando una infección.
- Escurrimiento nasal, dolor de garganta o fiebre. En este caso, pueden haber síntomas de una infección respiratoria e incluso sentir ganglios dolorosos debajo de las orejas, mentón o en la parte superior del cuello (debajo de la mandíbula).
- Infección de la piel, enrojecimiento de la misma o rayas en la piel.
En cualquiera de los casos, es importante que puedas consultar con un médico de confianza. Todo ello con el fin de prevenir y determinar cualquier enfermedad que pueda ser grave.
Recuerda que el agrandamiento o la inflamación no debería pasar de dos semanas. Si transcurren de dos a cuatro semanas es importante que recurras a un especialista en el área médica.
Causas de la inflamación de los ganglios linfáticos
Los ganglios pueden inflamarse como respuesta a una enfermedad, al estrés o frente a una infección.
Podríamos decir además que esta es una señal de que el sistema linfático está funcionando en la eliminación de los agentes que causan la enfermedad.
Ahora bien, las glándulas linfáticas inflamadas tanto en la cabeza como en el cuello por lo general se causan por distintas enfermedades como lo son:
- Resfriado o gripe.
- Infección sinusal.
- Infecciones por VIH.
- Agentes de infección en el oído.
- Faringitis estreptocócica.
- Sarampión
- Diente infectado.
- Mononucleosis.
- Tuberculosis.
- Enfermedades de transmisión como la sífilis.
- Fiebre por arañazo de un gato.
Aunado a estas causas también se pueden dar algunas relacionadas a enfermedades que van contra el sistema inmunológico. Entre ellas encontramos:
- Lupus: enfermedad inflamatoria crónica. Ataca la piel, los riñones, células sanguíneas, pulmones y el corazón.
- Artritis reumatoide: se trata de una enfermedad inflamatoria crónica que daña el tejido que cubre las articulaciones.
También algunos tipos de cáncer podrían estar relacionados a la inflamación de los ganglios linfáticos.
El linfoma, por ejemplo, es un cáncer que se origina en el sistema linfático. Por ende, casi de forma instantánea, a partir de su aparición también afecta los ganglios linfáticos.
La leucemia también es uno de estos tipos de cáncer. Afecta directamente el tejido sanguíneo del cuerpo humano. Entre ello está el sistema linfático (y la médula ósea).
Cuando hay metástasis también se ven afectados los ganglios linfáticos.
Tratamiento para los ganglios linfáticos
Por lo general, los ganglios se desinflaman sin ningún tipo de tratamiento. Por lo general el médico no necesita de ningún medicamento específico para que este vuelva a la normalidad.
Sin embargo, cuando se trata de infecciones, existe la posibilidad de que te indiquen algunos antibióticos para atacar la infección específica.
También pueden enviar aspirina o ibuprofeno para disminuir el dolor y la inflamación.
Por otra parte, cuando los ganglios linfáticos inflamados son a raíz del cáncer, entonces debe tratarse el cáncer.
Generalmente, el tratamiento del cáncer implica la extirpación del tumor o de los ganglios linfáticos que se han visto afectados. De igual forma se aplica quimioterapia para reducir el tamaño del tumor.
No obstante, cada caso es diferente, por lo que los médicos son quienes determinan cuál es el tratamiento ideal y eficaz para cada persona.